Cáncer: el signo del hogar, la pertenencia y la emoción

El símbolo
El glifo de Cáncer se representa con dos espirales que se miran, como dos semillas, dos embriones o incluso las pinzas del cangrejo. Son curvas (emociones, afecto) que giran en torno a sí mismas, simbolizando la protección y la nutrición. Es el gesto ancestral de abrazar y guardar.
El mito
Cáncer se relaciona con el cangrejo de Hera en los trabajos de Hércules: pequeño, pero capaz de morder y dejar huella en medio de la batalla. Es también el mito del hogar primordial, del útero como primera morada. Representa la fuerza silenciosa de lo íntimo, lo maternal, lo que protege y sostiene.
El sentido
Cáncer es agua cardinal: inicia la corriente emocional, da el primer impulso afectivo. Donde aparece en la carta, muestra el lugar de la pertenencia: hogar, raíces, clan. La sensibilidad aquí no es debilidad, sino radar: capta lo invisible, lo que otros no perciben. El riesgo: refugiarse demasiado, vivir en la coraza. La maestría: nutrir sin asfixiar, proteger sin encerrar.
Cáncer como medida
En el zodíaco, ocupa los grados 90°–120°: tras la movilidad de Géminis, el cielo pide arraigo. Es el tiempo del solsticio de verano en el hemisferio norte, cuando la luz alcanza su máximo y comienza a declinar. El mensaje: crear refugio antes de que cambie la estación.
En tu carta
La influencia canceriana señala dónde necesitamos seguridad emocional. Es la zona de los recuerdos, del cuidado mutuo, del instinto de construir hogar. Allí la vida se vive mejor con ternura, memoria y compromiso afectivo.



