Casa 8 en la carta natal | Pérdidas, soltar y transformación

Casa 8 en la carta natal: aprender a soltar

El espejo de la Casa 2

Si en la Casa 2 aprendíamos a atesorar, en la Casa 8 toca lo contrario: el arte del despojo. Es la casa que nos recuerda que todo lo que acumulamos, tarde o temprano, debe ser entregado, transformado o soltado. Así como la 2 es el cofre, la 8 es el cesto donde dejamos lo que ya no nos sirve.

Pérdidas cotidianas y grandes transformaciones

A menudo se asocia esta casa únicamente con la muerte, y sí, ahí está también. Pero reducirla a eso es perder de vista su enseñanza diaria. Cada vez que tiramos una bolsa de basura, estamos practicando Casa 8: reconocer lo que cumplió su ciclo y soltarlo. Puede ser un objeto, una relación, un hábito o incluso una parte de nosotros mismos que ya no tiene sentido cargar.

La mochila que pesa

Muchas veces guardamos cosas porque no sabemos soltarlas, y esas cargas invisibles nos hacen caminar con un esfuerzo doble. La Casa 8 nos enfrenta a ese dilema: ¿qué sostener y qué dejar ir? Y en esa tensión aparece su verdadera fuerza transformadora.

El símbolo de la regeneración

La Casa 8 también habla de herencias, de lo que recibimos cuando alguien más se desprende. Es la rueda de la vida: lo que uno suelta pasa a manos de otro. Por eso aquí se ve tanto el miedo a perder como la posibilidad de renacer. Soltar no es vacío: es abrir espacio para que algo nuevo ocurra.

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